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The Rachel Divide: La Identidad Imposible








Nuestra única certeza es la incertidumbre
Zigmunt Bauman

La semana pasada me puse con un estreno original Netflix que nos traía uno de los documentales nominados en pasado Festival de Cine de Tribeca; The Rachel Divide, dirigido por Laura Brownson. 
La historia, rocambolesca donde las haya, me atrajo por su profunda inverosimilitud y también por el morbo que traen consigo, seamos francos, todas las historias de impostores, si es que esta lo es. 



En 2015 Rachel Dolezal, activista negra por los derechos de los negros en la ciudad de Spookane (Washington) es abordada por una reportera de la ABC  que le pregunta directamente si sus padres son afroamericanos. Los verdaderos padres de Rachel, dos ultracristianos blancos de Montana, afirman que la activista  de melena afro y piel canela  es en realidad  hija de dos emigrantes de origen checo. El castillo de naipes de Rachel al frente de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color  (NAAPC) está a punto de desmoronarse. 

Parece que nos encontramos ante un caso de fraude identitario, donde la telaraña psicológica se vuelve tan tupida que nos impide vislumbrar el origen del mal . Su caso parece idéntico al de Enric Marco, el sindicalista español que se hizo pasar por víctima del Holocausto durante más de treinta años llegando a ser presidente de la principal Asociación de Víctimas del Holocausto; la Amical Mauthausen, hasta que se descubrió que su nombre no figuraba en ningún campo de concentración y tuvo que admitir la mentira. 





Sin embargo, la cosa se complica cuando en lugar de entonar el mea culpa, Rachel se continua identificando como negra a la vez que reivindica un concepto racial más amplio; el transracialismo.  Aquí es donde se desata una tormenta de declaraciones que levanta ampollas en la comunidad afroamericana y en la sociedad estadounidense y que convierte a Rachel en el centro de un debate mediático sobre la identidad, el derecho de autoafirmación y los tópicos culturales en unos tiempos convulsos donde todo parece susceptible de ser sacudido por la experiencia subjetiva. 



"La raza es un constructo social"


El documental explora la vida de Rachel, con su hermano adoptivo y su hijo negro, convertida en  persona non grata en Spookane, donde vive obsesionada por las amenazas que recibe a través de las redes sociales, mendigando al mismo tiempo cualquier tipo de atención mediática mientras se fabrica aparatosas extensiones de trenzas y pelucas como si de alguna manera, ser negra fuera parecido a ponerse un disfraz. El discurso de Rachel sobre el transracialismo roza lo irrisorio : "La raza es un constructor social . Algunos miembros de la comunidad negra le responden "¿Quiere eso decir que todos los negros comemos pollo frito y escuchamos rap?" El documental se acerca a la cuestión fundamental cuando se cuestiona si  ¿Tiene una blanca derecho a sentirse negra? Y más aun ¿Qué significa en realidad sentirse negra? 



Al mismo tiempo, poco a poco nos vamos adentrando en el pasado biográfico de Rachel, comprendiendo algunos elementos de su infancia traumática en Montana, con unos padres ultrareligiosos y dogmáticos que adoptan a cuatro niños negros,  a los que Rachel cría  como si fuera una madre. ¿Pudo esto producir una disociación en su identidad hasta el punto de que para Rachel "ser blanca" sea verdaderamente como afirma  un "estado mental"? Obsesionada con las culturas afroamericanas, Rachel estudia en la Universidad de Howard donde presenta su tesis sobre el interior de la mente del hombre negro y llega a trabajar impartiendo clases sobre "la lucha de las mujeres negras". Para la comunidad negra, este es un punto de inflexión en el que el engaño de Rachel no tiene perdón. Consideran su discurso sobre la raza una extensión de los privilegios a los que sólo tienen derecho las blancas. 














Pero mirando de cerca el caso personal de Rachel, una no tiene la sensación de estar viendo una aprovechada, sino  una mente disociada y en último caso, perturbada. No creo que el caso de Rachel pueda ser un síntoma de la multiculturalidad contemporánea o de un nuevo discurso sobre la raza. Pero tampoco creo que su afirmación individual, una vez desenmascarado el engaño inicial, merezca ser la diana de toda la comunidad negra como si Rachel Dolezal fuera el enemigo a derribar. 

El documental, en cualquier caso, plantea muchas preguntas que aún no tengo claras : ¿quiénes somos como colectivo para apropiarnos  y ofendernos por la identificación individual de cada cuál? y ¿en qué momento nos hemos vuelto tan frágiles que basta una peluca para satisfacer nuestra necesidad de pertenencia? 





💃💃💃 Interesante

Comentarios

  1. Netflix actualmente es la única cadena capaz de generar y publicar historias poco convencionales. Muy buena crítica

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  2. Muchas gracias, la verdad es que algunos contenidos son un poco sensacionalistas, pero nos encantan. En Documentales y True Crime tienen una muy buena oferta. Seguiremos informando.

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